
En una pantalla gigante, de estas de plasma que se llevan ahora, apareció Isidre Esteve sonriendo, ocultando bajo la risa una infinita sensación de hartazgo, la que provoca el hecho de llevar casi dos meses pasando la mayor parte de las horas del día boca abajo. Frente a la imagen del piloto ilerdense los periodistas contentos de verle, aunque sea en la videoconferencia que preparó Ssangyong España. Una noticia buena, Carlos Olaso, responsable de comunicación de la firma coreana en nuestro país, confirmó la continuidad del proyecto. No es de extrañar teniendo en cuenta el extraordinario retorno de la figura de Isidre tras acabar el Dakar.
Las preguntas se suceden. Isidre cuenta que está bien, cansado por la espera, pero satisfecho, el día 23 le operan de las heridas que las horas de estar sentado en el coche en el pasado Dakar le provocaron en los glúteos. Pese a todo, el piloto explicó que "aunque hubiese sabido que me iba a pasar esto volvería a hacer el Dakar. Creo que hay que desdramatizar la operación que me van a hacer, sólo es para ir más deprisa en la recuperación". Una declaración de intenciones de un hombre que, tras la lesión que le mantiene sin movilidad desde el tronco hacia abajo podría estar en su casa luchando por el día a día, pero que quiere seguir en la competición. Hay muchas razones, pero Esteve apunta algunas: "El Dakar es mi vida y la carrera que me ha dado todo lo que soy. Creo que hay que demostrar que la discapacidad no debe ser una barrera para disputar esta prueba. Y para el próximo año espero hacerlo mucho mejor, este año una de las cosas que he aprendido es que puedo hacerlo mucho mejor".
El piloto ilerdense, si la operación resulta un éxito, espera volver a subirse al coche en el mes de junio y disputar la Baja España con su Ssangyong adaptado para soñadores empedernidos sin movilidad en las piernas.
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