La Fórmula 1 escenificó la pasada madrugada el primer acto de una ruptura anunciada. Precisamente en Silverstone, sede del primer Gran Premio de Fórmula 1 de la historia en 1950, ocho escuderías de las diez oficiales, agrupadas en la FOTA, anunciaron que el año que viene crearán un campeonato paralelo al actual con los mejores equipos y los mejores pilotos del mundo.
Ya lo avisó Fernando Alonso sólo unas horas antes: "Existe una posibilidad real de que la Fórmula 1 se termine", y el primer paso para la fractura se produjo durante la noche. Los equipos, unidos y más fuertes que nunca con la excepción de Williams y Force India, además de los tres recién llegados como el Campos Meta, rompieron la baraja. "La FIA y el propietario de los derechos comerciales (Ecclestone) han hecho campaña para dividir a la FOTA, los deseos de la mayoría de los equipos han sido ignorados y por otra parte, se les ha privado de decenas de millones de dólares al menos desde 2006", rezaba el comunicado firmado por los ocho equipos rebeldes, reunidos a última hora de la tarde en la sede de Renault en Enstone, cerca del circuito de Silverstone.
Problema de fondo
El problema de fondo de esta guerra es ganar más dinero, gobernar la F1 con nuevas manos y acabar con Max Mosley. Como eso no se puede decir, la excusa perfecta, aunque fundada, ha sido el tema del los alocados presupuestos y el no menos loco reglamento de 2010. Según explicaron a MARCA varios miembros de distintos equipos en Silverstone, Mosley en efecto había cedido en varios supuestos, en vez de 45 millones ha aceptado retrasar ese tope a 2011 y que sea 100 millones el techo para 2010, dejando fuera sueldo de pilotos y ejecutivos, además otras cesiones deportivas... pero no ha colado.
Los equipos tenían que retirar su inscripción condicionada para 2010, incribirse sin pegas, como sí han hecho Williams y Force India, o como los Campos, Manor y USF1. ¿Porqué no lo han hecho? Porque Mosley no ha querido ampliar la fecha hasta el 1 de julio, como le han pedido en la FOTA para redactar la nueva situación, y sin embargo les había ofrecido todo lo anterior pero si se inscribían con las condiciones antiguas, las polémicas, aunque negociándolas después, bajo el paraguas de lo descrito en el Pacto de la Concordia de 1998, que sigue vigente para todos. Muy bello en las formas, pero envenenado: según explicaron a MARCA las mismas fuentes, ese pacto no permite que se cambien aspectos estructurales sin unanimidad de los equipos y la FIA tiene a cinco de su lado contra ocho en contra. Podría presionar para aprobar las que quiera y negar las que desee.
Comunicado oficial
Con todo eso, la FOTA explicó que se ve obligada a dejarlo: "Los equipos no pueden continuar comprometiendo los valores originales del deporte y han declinado alterar sus inscripciones condicionales para el campeonato de 2010. No tenemos otra alternativa que comenzar la preparación de un nuevo campeonato que refleje los valores de sus participantes y sus socios. Un campeonato que tendrá un gobierno transparente, un reglamento único y abierto a nuevos equipos y a escuchar los deseos de los aficionados, incluyendo precios más baratos para la gente de todo el mundo, patrocinadores y accionistas".
Los pilotos ya declararon su fidelidad a la FOTA. Y con ello cierra su carta: "Los mejores pilotos, estrellas, marcas, patrocinadores, promotores y compañías asociadas históricamente con el mayor nivel del deporte del motor formarán parte de estas nuevas series". Ahora es Mosley quien debe cerrar hoy la división al anunciar la lista oficial de equipos. Si deja fuera a los ocho de la FOTA la F1 quedará rota del todo.
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